NECESIDAD DE UNA LEGISLACIÓN MICOLOGICA por D. Ángel Rico Mon

 Desde unos años a esta parte, con la proliferación de aficionados a la micologia, se hace necesario una legislación que regule el aprovechamiento, tanto científico como deportivo y ¿Porque no? comercial de los recursos micologicos de nuestro entorno, pero no podemos conformarnos con una ley que no tenga en cuenta a todos los sectores involucrados, esto es, el medio rural, el sector comercial y la parte lúdica y científica.

El medio rural puede ser uno de los mas beneficiados, siempre que no se trate de excluir a nadie, desgraciadamente tenemos ejemplos donde han proliferado los cotos de setas de una forma indiscriminada con resultados nada halagüeños, debido a la sobre explotación de especies con alto valor de mercado, despreciando otras que aunque con menos precio son igualmente interesantes. Si en vez de excluir a todos los que no son de la zona establecieran un sistema de licencias, lograrían dos cosas muy interesantes, por un lado pondrían en valor esas especies que ahora mismo se pierden por tener menor precio en el mercado, por otro lado se fomenta el turismo en la zona creando riqueza y empleo, todo esto disminuyendo muy poco el rendimiento de sus “capturas” puesto que cuando el forastero llega el lugareño ya ha tenido tiempo de recorrer sus setales dejando muy poco sin recoger.

En cuanto al sector comercial, merece un capitulo aparte, cuando vamos al monte nos encontramos con escenas deprimentes, personas con nulos conocimientos con bolsas de plástico, rastrillando literalmente el suelo, en busca de algún pequeño ejemplar que pudiera haber pasado desapercibido.con lo cual lo que consiguen es acabar con la gallina de los huevos de oro, es como si para recoger las cerezas cortamos el árbol, es cierto que ese año las recogeremos todas pero al año siguiente nos quedaremos con las ganas.

En primer lugar para recolectar setas a nivel comercial debería exigirse un mínimo de conocimientos micologicos, lo mismo que se pide a cualquier manipulador de alimentos, aquí con mas motivo puesto que el producto que van a comercializar es potencialmente peligroso.

En segundo lugar crear una especie de registro por el cual se pueda establecer una trazabilidad del producto y en caso de surgir algún problema saber a quien se le exigen responsabilidades, y de paso que coticen por la actividad económica que realizan.

El sector científico y “ deportivo “ se regirá por un reglamento aparte, poniendo cupos máximos de recogida diaria, e incluso, en algunas especies, escasas o en peligro de extinción limitándolas solo al estudio y exposición didáctica.

La administración debe incentivar a las sociedades micologicas para que realicen estudios de campo, catálogos de especies y fomentar la explotación sostenible de la riqueza micologica, el ejemplo a seguir es el de la comarca de Almazán en Soria.

 

Angel Rico Mon

 

 

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